La Vitamina B12 NO se encuentra en el mundo vegetal, somos los animales (humanos y no humanos) los que estamos diseñados por la naturaleza para sintetizarla y asimilarla a partir de bacterias (factor extrínseco) presentes en la tierra, raíces de las plantas, etc. Y siempre que tengamos una buena salud intestinal (factor intrínseco gástrico).
Así es como la vaca, al comer el pasto directamente de la tierra, ingiere estas bacterias y sintetiza la B12. Esto sucedería en teoría porque las vacas ya no son alimentadas con pastos, sino con piensos transgénicos y si acaso tienen B12 es porque les suplementan la alimentación con B12. Entonces decir que una alimentación sin productos de origen animal es anti-natural porque se requieren suplementos de B12 es un sinsentido ya que los omnívoros obtienen la B12 de los mismos suplementos que toman los animales. Y aun así también ellos sufren de carencias de esta vitamina.
Tampoco tiene sentido decir que la B12 es un nutriente que «falta» en la dieta sin productos animales, en tanto que todos los estudios sobre carencias de B12 están realizados… en omnívoros y la mayoría de las personas que padecen carencia (mejor dicho, malabsorción) de esta vitamina comen carnes y productos animales.
Lo que nos ha ocurrido a los humanos son varias cosas. En primer lugar ya no comemos del suelo directamente; no ingerimos tantas bacterias. Como además la fruta y verdura está repleta de pesticidas, fungicidas y demás, nos vemos obligados a lavarlo y a pelarlo todo, alejándonos más todavía de nuestras fuentes ideales de bacterias. También en nuestra higiene habitual, nos hemos vuelto excesivamente pulcros. Limpiamos y desinfectamos todo, hasta nuestra piel, varias veces al día, entonces eliminamos excelentes posibilidades de exposición a bacterias que podríamos utilizar para sintetizar la vitamina B12. La B12 no sólo se puede absorber en el íleon (sección final del intestino delgado) sino que también se puede absorber en la boca (por eso hay suplementos sublinguales) pero nuestra «súper higiene dental» (pastas, cloro, colutorios, flúor…) destruye nuestra flora bacteriana bucal. Sin hablar del agua clorada y fluorada. No hay que olvidar que somos 1/3 de bacterias! y que estas son necesarias para la vida. Cuando las bacterias nos hacen daño, es porque tenemos un sistema inmunológico muy débil, debido a nuestros malos hábitos.
En segundo lugar, nuestros intestinos se han vuelto vagos para la síntesis y sucios para la asimilación de esta vitamina. Vagos porque en nuestra alimentación ya estamos metiendo B12 artificial a través de suplementos y/o productos enriquecidos con B12 entonces cuando uno le da al cuerpo un nutriente que debería crear, la capacidad de síntesis se atrofia en gran medida, de ahí mi rechazo general a cualquier tipo de suplemento de nutrientes aislados. Y sucios porque nuestros hábitos alimenticios nos hacen víctimas constantes de la fermentación y putrefacción intestinal, esto ocasiona una gran dificultad en nuestras paredes intestinales para asimilar cualquier nutriente, no sólo la B12. En el caso de la B12 además es necesario tener una buena flora, ya que para sintetizarla a partir de bacterias se necesita una glicoproteína (o enzima mucoprotéica) denominada «factor intrínseco gástrico», es una secreción que se ve alterada si no tenemos buena salud intestinal. Este también es uno de los motivos por el cual muchos omnívoros, grandes comedores de productos animales, también sufren carencias de B12, porque en nutrición aprovechamos lo que podemos reconocer y asimilar, NO lo que ingerimos y para eso es imprescindible que todos nuestros órganos funcionen correctamente. De hecho la mayor parte de la población que sufre deficiencias de B12 son carnívoros ¿es que no la están ingiriendo? No, es que no la están asimilando.
Además de todo esto, hay otros factores que afectan a la asimilación de B12. Algunos alimentos antifisiológicos que consumimos contienen inhibidores de la vit. B12 y algunas costumbres que tenemos, nos hacen tener mayores requerimientos de B12 por lo que seremos más propensos a sufrir una carencia.
Por ejemplo:
– La píldora anticonceptiva inhibe la absorción de B12
– Otros medicamentos (sobretodo antibióticos)
– Algunos aditivos, conservantes y químicos de la comida industrial procesada
– Algunas especias y hierbas que tienen propiedades anti-bacterianas (usar con moderación, nunca en exceso y nunca de forma continuada) como la mostaza, ajo, cebolla, jengibre, pimientas, sal refinada… resultan irritativas para la flora intestinal
– Malos hábitos como el consumo de alcohol, cigarrillos…
– El exceso de proteína en la dieta (cosa muy común en la mayoría de la población como ya hemos visto en el artículo El Mito de las Proteínas)
– Las malas combinaciones de alimentos generan putrefacciones, alcoholes y fermentaciones que dañan nuestra flora intestinal, sobretodo la mezcla de almidón con proteína
Luego están los «análogos de la b12» que son estructuras muy parecidas a la B12, se encuentran en el alga espirulina, soja, levadura de cerveza, pero NO SON B12. Y no sólo eso, sino que además compiten en la absorción con esta vitamina y pueden dar un FALSO resultado en las analíticas. Es decir, tenemos bien los niveles de B12, y sin embargo hay una carencia manifiesta de esta vitamina, que se detecta midiendo los niveles de: homocisteína en sangre, ácido metilmalónico, hemoglobina y también vigilando de cerca niveles de hierro y ferritina.
*Nota: El médico de cabecera no está autorizado para solicitar valores de homocisteína, tendrá que ser un médico especialista (por ejemplo endocrino) o bien en un laboratorio privado.
Sin embargo, en algunas semillas podríamos llegar a encontrar precursores de B12, la industria farmacéutica está muy interesada en demonizar estas semillas porque contienen CIANURO (radical ciano) por ejemplo en las semillas de la manzana y así nos mantienen comiendo carne o tomando suplementos, pero lo cierto es que el cianuro es necesario junto con el cobalto para ensamblar la B12 (ciano-cobalamina) a través de las bacterias fermentativas. Y esos dos micronutrientes se encuentran en estas semillas.
Es cierto que una carencia de B12 puede ser fatal y traer consecuencias muy graves e irreversibles para la salud como: demencia, fatiga crónica, dificultad de concentración, llagas en cavidad bucal, anemia, entumecimiento muscular, pérdida de apetito, afecciones en la piel, falta de energía mental… Pero, de veras ¿una carencia de B12 es culpa de no tomar suplemento? ¿Es esa la causa real?
Mejor propongamos que el origen de una carencia de B12 es un cúmulo de todos los factores que acabamos de enumerar. Por ejemplo, en caso de carencia manifiesta, si hay una vía natural para obtener esa vitamina entonces nosotros podemos elegir libremente el no tomar un suplemento. Para lo que conviene estar debidamente informados, dependiendo de cada situación:
En caso de carencia detectada y manifiesta, lo primero que habría que hacer es recuperar el equilibrio de nuestros intestinos. Mientras tanto, podemos tomar un suplemento pero de nada serviría tomarlo en pastillas/comprimidos tragables, pues debemos ser conscientes que el problema de absorción existe, aunque la vitamina venga en pastilla, además la capacidad de absorber de una vez es de 2 microgramos al día, tomemos la cantidad que tomemos, el resto se elimina por la orina. Entonces lo mejor sería tomarla directamente inyectada (en casos muy graves) o de forma sublingual (gotas o pastillas masticables). Conviene tomarla en forma de adenosilcobalamina (dibencozida) y metilcobalamina (formas activas que se absorben directamente). En la farmacia lo que suelen vender es cianocobalamina.
¿Cómo interpretar las analíticas? Bueno, a veces los valores de las analíticas (en un momento puntual de nuestras vidas) tampoco quieren decir nada. Hay que recordar que son valores arbitrarios que ha inventado el ser humano (científico sí, pero humano) basándose en una población omnívora mezclívora, habitualmente medicada y eventualmente enferma. No sabemos si unos niveles de B12 elevados son resultado de mayor flora putrefactiva, o si el valor elevado de B12 en sangre se debe al metabolismo del exceso de homocisteína (cosa que en personas que no consumen un exceso de proteína no ocurriría) http://www.health-heart.org/why.htm
En resumen, la actuación tanto para prevenir como para solventar una eventual carencia de B12, pasaría por asegurarnos una alimentación y unos hábitos que garanticen un sistema inmune fuerte, contacto natural con bacterias (comiendo preferentemente ecológico y sin lavar, adoptando una higiene natural no agresiva) unos intestinos limpios, una flora intestinal adecuada no putrefactiva y que en la alimentación no haya elementos inhibidores. Incluso se puede apreciar como después de realizar ayunos cortos hay una tendencia al aumento de valores de B12 y hierro.
Es importante tener en cuenta además, que la naturaleza es insuperable, perfecta. De hecho no es posible curarnos sin ella. Y en ella, todo está en armonía, los nutrientes colaboran, en completa sinergia, es IMPOSIBLE reducir todo lo natural a la Química que hoy conocemos (y que nos hemos inventado nosotros también) lo que el ser humano necesita son alimentos COMPLETOS, naturales, no vitaminas aisladas o unidas de forma artificial. Este es otro motivo por el que rechazar los suplementos nutricionales en general.
Otra cuestión que se suele pasar por alto es que la B12 se almacena en el hígado (entre 2 y 3 años) por eso en algunos casos, sucede que dejamos de sintetizarla / asimilarla pero nuestro cuerpo no nos avisa hasta que ya es demasiado tarde. Por eso es bueno en etapas de transición controlar las analíticas con los valores que se han indicado. La vitamina B12, se excreta por la Bilis (entre 1 y 10 microgramos diarios) en un intestino SANO y gracias a la circulación enterohepática, esa B12 será REABSORBIDA, y esta debería ser una de las principales fuentes de B12, lo que ocurre es que un intestino sano no es lo habitual.
*Nota: Si finalmente decidimos tomar suplemento, la capacidad del hígado de almacenar esta vitamina nos permite descansar de vez en cuando y durante 3 ó 4 meses al año (yo lo recomiendo sobre todo en verano) no tomar la pastilla para dejar que el intestino recupere un poco su memoria de síntesis y capacidad de asimilación. Y también porque una de las consecuencias de tomar suplemento de vit. B es que «tiñe» la orina y el sudor (el cuerpo siempre se deshace rápido de todo lo artificial, de todo lo que no reconoce, de todo lo que no asimila, la orina se vuelve anaranjada a las pocas horas de ingerirla!) y en verano, si nuestro sudor es anaranjado y nos exponemos al sol, nos pueden salir manchas en la piel. De igual modo, si uno acaba de comenzar una dieta de transición, tiene un margen para decidir si se toma o no el suplemento, es decir puede estar unos meses sin tomarlo hasta que lo decida sin que ocurra nada (siempre que no haya una carencia anterior de B12, que también es otro caso frecuente).
Fuentes:
-Dr. German Alberti. www.germanalberti.com
-Luis Fungairiño Martín. El miedo a la carencia de B12.
-El Fraude de la Vitamina B12 – Vivian V. Vetrano