El Mito de las Proteínas

Dice la nutrición oficial que necesitamos consumir proteínas porque necesitamos su función plástica y reparadora, para construir tejidos. En realidad esta función la hacemos a través de reacciones químicas a partir de los azúcares (Ver artículo El Mito de las Calorías).

Aun así vamos a desmontar toda la mitología en torno al consumo de proteína. En primer lugar, nosotros ya estamos construídos, sólo tenemos que mantenernos. Si la vaca o el elefante no necesita comer proteína para construir proteína ¿porqué la necesitamos nosotros?

Antes de seguir avanzando vamos a recordar -sin entrar en detalles más técnicos- que:

Llamamos Proteína, como Macronutriente, a las moléculas formadas por cadenas de Aminoácidos. Todas las proteínas tienen Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno, y casi todas contienen también Azufre.

Llamamos Aminoácido, a los compuestos orgánicos que se necesitan para formar proteínas. Generalmente y según su obtención se clasifican en Aminoácidos Esenciales, aquellos que deben ser captados de los alimentos (Valina, Leucina, Treonina, Lisina, Triptófano, Histidina, Fenilalanina, Isoleucina, Arginina, Metionina) y en No Esenciales, aquellos que pueden sintetizarse en el propio organismo (Alanina, Prolina, Glicina, Serina, Cisteína, Asparagina, Glutamina, Tirosina, Ácido Aspártico, Ácido Glutámico).

Llamamos Albúmina, a la proteína que se encuentra en mayor proporción en el plasma sanguíneo. Es la principal proteína de la sangre y una de las más abundantes del Ser Humano.

El Mito del Metabolismo de la Proteína

Nos han contado que para tener Fuerza y Músculos necesitamos ingerir suficientes Proteínas. Sin embargo nuestras células sólo entienden de azúcares simples, minerales, ácidos grasos, aminoácidos,… y todos estos elementos micronutrientes se encuentran por supuesto en el reino vegetal, más concretamente en las Frutas y algunas hierbas (hojas verdes).

La nutrición oficial nos explica que si queremos construir y reparar tejido (no sólo muscular) hemos de ingerir proteínas completas de alto valor biológico, que es la proteína que contiene todos los aminoácidos esenciales y que además, tiene una alta proporción de proteína absorbida, asimilada por el organismo (o mejor dicho: que después de haber entrado al organismo, no sale de él).

Sin embargo las vacas no necesitan beber leche para producir leche, los elefantes no comen proteína para construir proteína, y los animales a los que más nos parecemos (grandes simios como chimpancé, gorila, bonobo…) tampoco necesitan una ingesta de proteína de alto valor biológico para construir sus grandes músculos.

En la sangre sólo encontramos Albúmina, que según Julius Hensel – Químico Alemán, es una combinación de hierro oxidado con azúcares.

«Si nosotros deseamos tener cultivos normales y saludables, y que tanto hombres como animales que viven de ellos, puedan encontrar en estos todo lo que es necesario para el sostenimiento de sus cuerpos (fosfato y fluoruro de calcio y magnesio para la formación de huesos y dientes; potasio, hierro y manganeso para los músculos, cloruro de sodio para el suero sanguíneo, azufre para la proteína de la sangre, hidrocarburos para la grasa de los nervios), no será suficiente reponer el potasio, ácido fosfórico y el nitrógeno (NPK). Los otros también son una necesidad imperativa.»

«Los teóricos nutricionistas quienes afirman que el hombre debe tener tanta cantidad de hidro-carburos, tanta cantidad de grasa y tanta proteína, evidentemente entienden poco de la íntima relación en que se encuentran estas sustancias, por lo que una puede convertirse en otra; por ejemplo el hidro-carburo azúcar gracias a la adición de minerales y amoniaco se transforma en proteína [Manual práctico de Agricultura Orgánica y Panes de Piedra – Julius Hensel]

Hidrocarburos para la grasa de los nervios… azúcares que se combinan con minerales y amoníaco para transformarse en proteína… ¿Transmutación Biológica? ¡Magia!

Desde luego los grandes, mejores y auténticos Expertos Nutricionistas de la Historia de la Humanidad siempre han estado relacionados de alguna manera con la producción orgánica de nuestro alimento ideal 🙂

Por otra parte habría que considerar el hecho de que, al igual que ocurre con grasas y almidones, la Proteína aislada, tal cual, cuando se ingiere en monodieta y con el estómago vacío, no sufre asimilación en nuestro aparato digestivo y la cantidad que se excreta es la misma que la que se ingiere. Este experimento lo puede realizar cualquiera. El resultado es lógico en tanto que ningún alimento en la naturaleza por encima de un 2 – 3 % de proteína puede ser reconocido por nuestro aparato digestivo y por tanto no puede considerado nuestro alimento ideal.

¿Cuánta proteína necesitamos?

Podemos responder a esta pregunta copiando y pegando lo que dice la OMS, la ADA, las Asociaciones Vegetarianas y más teorías (rondan el 10% de las calorías ó 0,8grs por kg de peso) o si queremos la Verdad sin intereses, mejor preguntarle a la Naturaleza.

La leche materna humana contiene entre un 2,5 y un 3% de Proteína. Un bebé lactante es capaz de DOBLAR su peso en 180 días (6 meses) con este aporte. Nunca más necesitamos tanta proteína, mejor dicho, nunca más necesitamos construir tanto tejido (no sólo muscular) en tan poco tiempo.

Por otra parte no existe en la naturaleza ningún animal mamífero que se alimente a lo largo de su vida con alimentos con más porcentaje de proteína que la leche de su mamá. Excepto el animal humano.

Casualmente (o sin casualidad ninguna) las frutas y hojas verdes contienen exactamente entre un 2 y un 3% de proteína en forma de aminoácidos simples.

Es decir, estamos diseñados para obtener nuestra proteína humana a través de nuestro alimento natural biológico, los alimentos con mayor porcentaje de proteína (ya sea vegetal o animal) no se aprovechan y resultan, además, nocivos/tóxicos para el organismo. En concreto enfermedades de hiper sensibilidad tóxica (como SQM, EHS, PAS, etc) así como enfermedades mentales y trastornos psicológicos, mejoran notablemente reduciendo considerablemente el aporte de proteínas en la dieta.

La Proteína completa, o la proteína de alto valor biológico

Es otro error común, el hacer malabares en cada comida, para tener todos los aminoácidos esenciales en el plato. ¿Qué animal hace eso? ¿Qué árbol da más de una sola fruta a la vez? Al margen de los daños al organismo del «mezclivorismo», sobretodo al intestino y al sistema inmunológico. No necesitamos ingerir en cada comida todos los nutrientes de los que estamos compuestos para poder mantenerlos o construirlos. El organismo ya tiene sus propios mecanismos de asimilación y síntesis de todo aquello que necesita a partir de azúcares simples. Y también gracias a las reservas endógenas de elementos químicos que disponemos.

Los peligros de la Proteína en Exceso

Y cuando digo «proteína en exceso» no hay que irse muy lejos. Simplemente todo aquel alimento (vegetal o animal, procesado o crudo) que supere ese 2 – 3 % de proteína. Por ejemplo: carnes, pescados, mariscos, embutidos, huevos… pero también legumbres, frutos secos y semillas. Es decir incluso del sano mundo vegetal, tenemos alimentos antifisiológicos que no se asimilan en absoluto que gastan nuestra energía para ser eliminados y que dejan residuos en el organismo, como: lentejas, garbanzos, judías, nueces, almendras, pistachos, piñones, avellanas, sésamo, lino, chía…

Esto nos hace pensar, que excepto vegetarianos auténticos radicales (muy estrictos que basan su alimentación en alimentos orgánicos provenientes del huerto y no de los supermercados y que evitan legumbres, frutos secos y semillas) la mayoría de la población con alimentación de cualquier índole, abusa del consumo de proteína.

Cuando comemos más proteína de la que necesitamos (sobretodo si no es en forma de aminoácidos provenientes de frutas y hojas verdes) ocurren las siguientes catástrofes:

– Los excesos de proteína no se asimilan ni se destruyen, tampoco se eliminan en su totalidad, sino que se acumulan, se pudren y nos envenenan, agotando nuestra vitalidad y empeorando nuestra salud porque después de gestionar el exceso de proteína, NO nos queda energía para eliminar toxinas. Si no hay energía para eliminar toxinas… entonces no hay malestar producido por la eliminación, no hay hambre y nos sentimos «bien». Temporalmente.

– La proteína es mucoproductora, aunque menos que el almidón, pero en general siempre suele ser consumida en compañía de este, lo cual es una de las peores incompatibilidades alimentarias, resultando altamente intoxicante, mucoproductora. Pero muy saciante y agradable al paladar, pues es tal la cantidad de energía que requiere gestionar la incompatibilidad de Proteína + Almidón que durante ese proceso, el organismo retira toda la energía de los procesos de eliminación, haciéndonos sentir temporalmente «aliviados».

– El organismo tiene una carga extra para deshacerse de los residuos que genera el consumo en exceso de proteína (urea, ácido úrico) con lo cual tenemos agotados órganos como el hígado y los riñones.

– Los residuos nitrogenados y azufrados consecuencia de la putrefacción y del intento de eliminación por una dieta hiperprotéica (y ya hemos visto que es muy fácil que lo sea) rebosan a través de nuestro mayor órgano de eliminación (la piel) envejeciendo este órgano, intensificando nuestro olor corporal y favoreciendo daños difícilmente reversibles como la calvicie, canicie o alopecia.

– Acidificamos el organismo (iones de sulfato), convirtiéndonos en el caldo de cultivo ideal para la proliferación de virus, hongos, bacterias, degradación de tejidos, etc (helicobacter, candidiasis, herpes, artritis, osteoporosis, debilidad dental…)

– Muchas otras enfermedades (cáncer, obesidad, cardiovasculares…) están directamente relacionadas con el consumo de proteína (sobretodo animal) en la dieta (Ver: El Estudio de China del Dr. T. Collin Campbell)

– Las proteínas funcionan como estimulantes del organismo (ya sean vegetales o animales) ya que generan purinas durante su proceso de «digestión» y por tanto, adicción. Un efecto muy parecido al café. Lo que nos hace pensar que «las necesitamos» ya que cuando las consumimos en demasía nos dan una aparente vitalidad, energía y sensación de bienestar temporal.

– Cuando llevamos años abusando de proteínas (animales o vegetales), la intoxicación es tal que nos vemos con falta de Energía, de Fuerza y lo peor, alteraciones en el ánimo como depresión, tristeza y ansiedad.

– Además, las proteínas animales traen el añadido de que cualquier producto animal, en cuanto el animal muere, entra en proceso de putrefacción, generando más toxinas al entrar en contacto con el oxigeno que se vuelven todavía más venenosas a temperatura elevada (basta con los 37-38ª de nuestro intestino). Y eso sin hablar de la cría intensiva, de la alimentación artificial de los animales y la utilización de hormonas, antibióticos… etc.

– En el caso de la proteína cocinada (animal o vegetal) hay que considerar que la albúmina muerta por la cocción, desnaturalizada y coagulada (Reacción de Maillard) NO resucita en el cuerpo humano para después, fabricar o reparar tejidos con ella.

– La proteína tampoco nos aporta Energía, ni se transforma en Energía. Es más, hay una clara relación y evidencia (Ver estudios Dr. Chittenden y Prof. Hindede) de que la Energía y Resistencia del individuo siempre aumentan con la disminución de Proteínas en la Dieta.

Por último, calcular las necesidades de proteína necesaria para un individuo sin calcular primero la Obstrucción de ese individuo, es el mayor absurdo de la Dietética Actual. Ya que en un cuerpo obstruido, poco o nada se puede asimilar.

¿De dónde obtiene el cuerpo la proteína que necesita?

Como ya estás intuyendo a estas alturas, no necesitas ingerir proteína para construir proteína. En un cuerpo limpio los alimentos pobres en proteínas pero ricos en azúcares, minerales, aminoácidos esenciales, enzimas, oligoelementos, fibra y agua desarrollan los mayores niveles de Salud, Energía y Rendimiento Físico. Así como el mejor desarrollo muscular NATURAL, no esperpéntico.

Estos alimentos son: Frutas y vegetales de hojas verdes.

Por otra parte el Nitrógeno es parte esencial de la proteína, por lo que debemos considerarlo un factor importante para mantener la máquina humana y su Vitalidad. Si tan necesario es, entonces tiene mucho sentido que en un cuerpo limpio el mismo nitrógeno atmosférico presente en el aire puro y en las bacterias sea asimilable. Alimento proveniente del infinito 🙂 De ahí que podamos aguantar semanas sin comer y sin embargo apenas unos minutos sin respirar.

Sobre el matiz «en un cuerpo limpio»

Hemos postulado que el cuerpo humano no asimila un átomo que no provenga de las frutas y/o vegetales de hoja verde. Pero esto lo hace con suficiencia para la vida siempre que esté en óptimo estado de salud. Es decir, con un cuerpo limpio.

Lamentablemente muy pocos pueden asegurar eso a día de hoy, ya que hasta las personas que se dicen a sí mismas «sanas», están intoxicadas en un stand-by conocido como «enfermedad latente». O toxemia retenida, aparcada. Procesos de desintoxicación y eliminación frenados por la energía que requiere la gestión de la dieta errónea.

Nuestra sobrealimentación lleva a una hipertoxemia que, para ser eliminada produce un malestar que sólo se frena… con más sobrealimentación.

Una auténtica historia de terror. Un círculo vicioso del que resulta difícil escapar. Y más cuando todos estamos enfermos, y no atendemos a la evidencia de que cuanto más se alimenta a un enfermo, más se le daña.

Cuando hacemos mal una mejora dietética (vegetarianismo estricto, crudivorismo, frugivorismo higienista) al principio, todo es maravilloso. Pues es cierto que el organismo tiene por primera vez en su vida, algo de energía disponible para deshacerse de su escoria más grosera. Pero tarde o temprano, eso que nos iba tan bien al principio, falla. Precipitamos el proceso de desintoxicación -en lugar de ralentizar la eliminación con Dieta de Transición adaptada y Ayunos- se pone en circulación mucha mucosidad que impide la absorción de nutrientes como los aminoácidos, esto puede producir una pasajera deficiencia protéica, ya que nuestra inteligencia digestiva y la misma célula, saben que es imprescindible y necesario limpiar, antes que nutrir.

Las personas muy intoxicadas NO asimilan bien los nutrientes en su estado natural. Además, generalmente cuanto más intoxicadas están, más proteína dicen necesitar, ya que al tomarla obtienen la función estimulante y la función frenadora de toxinas, por lo que momentáneamente se sienten mejor.

Es decir, comen proteína en exceso para estimular al organismo (falsa energía y ácido úrico actuando casi como si fuese… cafeína) y para crear cierta presión para que parte de los nutrientes puedan entrar en la célula. Las células pierden su permeabilidad por exceso de toxemia, por eso a mayor toxemia, más cantidades necesitamos ingerir, para forzar la nutrición celular. Pero por mucho que se ingiera, muy poco se asimila y todo lo que no se asimila acidifica, intoxica, se acumula, genera más mucosidad y nos hace enfermar a medio / largo plazo.

Entonces queda claro que atiborrarse de proteína porque no podamos asimilarla o sintetizarla, NO es ni de lejos… la solución.

Las personas que están menos intoxicadas o que siguen una correcta Dieta de Transición adaptada combinada con Ayunos Cortos frecuentes personalizados, para ir limpiando poco a poco su organismo, tienen menos requisitos de proteína porque tienen mejor asimilación, evitando así todas las consecuencias catastróficas del consumo de proteína excesiva.

Además el consumo excesivo de proteína está directamente relacionado con las carencias de Vitamina B12, lo cual tiene sentido ya que la síntesis natural de B12 requiere de una flora bacteriana intestinal adecuada, no putrefactiva.

¿Porqué tantas personas cogen peso y «músculo» con dietas altas en proteína vegetal e incluso en proteína animal?

Habría que cuestionarse ¿de qué se compone ese peso y ese volumen que ellos llaman músculo?

Después de un corto ayuno podemos demostrar fácilmente que lo primero que se pierde es Agua, Grasa y Mucosidad. Mucha mucosidad. Y esto pueden suponer muchos kilos menos en un «culturista» que se queja de «estar perdiendo músculo» en su proceso de desintoxicación, cuando lo que está perdiendo son peligrosos venenos diluídos y neutralizados en agua, grasa acumulada, mucosidad y toxemia generada por su dieta acidificante hiperprotéica de años y años.

Por otra parte, en estas personas hay que tener en cuenta que debido a la alimentación errónea, están paralizados todos los procesos de desintoxicación, de catabolismo (no se eliminan toxinas porque la energía vital está puesta en digerir y entrenar constantemente) por lo cual se propicia el anabolismo, pero de una forma artificial, antinatural y poco saludable a medio / largo plazo. Como así sucede en la práctica (envejecimiento prematuro, tendencia a las lesiones, calvicie, daños hepáticos y renales, trastornos de la personalidad con tendencia a la depresión, etc).

Como ya hemos comentado antes, si la desintoxicación se hace demasiado rápida, se pone demasiada mucosidad en circulación (no sólo en el intestino) y esto impide la asimilación de aminoácidos (incluso a nivel celular) por lo que también podemos sufrir de carencias protéicas por hacer las cosas con muchas prisas.

Entonces, ¿Porqué funcionan las dietas hiperprotéicas para adelgazar?

Primero, ¿a qué nos referimos cuando decimos que «funcionan»?

Que el cuerpo soporte el omnivorismo, no significa que seamos omnívoros. Que el cuerpo soporte los medicamentos y las drogas, no significa que no nos vayan a pasar factura en el futuro.

De igual forma, que el organismo por mera «supervivencia» sea capaz de tirar «sólo algunas semanas o meses» con una dieta hiperprotéica y que durante ese tiempo a parte de agotamiento, cetosis y estreñimiento, el cuerpo se adapte perdiendo agua y grasa, no significa que la dieta ideal para estar en nuestro peso (al menos a medio / largo plazo) sea una dieta hiperprotéica. Es más, debería hacernos pensar, porqué el cuerpo deja de hincharse como un globo cuando simplemente eliminamos de la dieta, cualquier tipo de Almidón (harinas refinadas, cereales, legumbres). Lo cual ya hemos visto en el punto anterior sobre el mito de la Energía.

Segundo, ¿durante cuánto tiempo funcionan? Es común que muchas personas que han perdido X kilos con una dieta hiperprotéica (omnívora o incluso vegetariana) después han recuperado X + N kilos y además de eso, han desarrollado una fuerte ansiedad por la comida por la privación radical de azúcares simples (fuente REAL de nuestra nutrición) y serios trastornos intestinales debido a la putrefacción de proteína en el intestino.



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