No me pidas un Menú, esto no es un Restaurante!

La Nutrición oficial y la Ciencia oficial de la Salud, nos tiene mal educados y acostumbrados a pedir un menú para cada enfermedad. Y así hay colecciones infinitas de dietas estáticas para la Diabetes, para la Hipertensión, para la Cándida, para el Cáncer, para la Tiroides, para la Esclerosis, para el Autismo… Pero ninguna cura nada. Porque la enfermedad no existe más que como un conjunto de síntomas, lo que sí existe es el “individuo enfermo” y antes de ver qué dieta le puede resultar funcional -en cada momento- hay que considerar su intestino (microbiota o flora intestinal), su energía vital, su nivel de obstrucción, su pasado gastronómico y químico (drogas y medicamentos), su estado de salud orgánica (si hay tejidos en estado de descomposición o putrefacción, dañados o atrofiados, extirpados…) y todo eso está por encima de cualquier diagnóstico. Desafiando cualquier lista mediocre de copia y pega de alimentos Permitidos y Prohibidos. Cualquiera que haya estudiado y aplicado las enseñanzas de Arnold Ehret, pronto se ha convencido que las Propiedades Curativas de los alimentos son otra falacia. Es el cuerpo quien se cura a sí mismo! Y el alimento la mayoría de las veces sólo obstaculiza este proceso. El Sistema Curativo por la Dieta Amucosa es el arte de comer ayudando el proceso de limpieza y regeneración para la cura. Es la maestría de poner el alimento a nuestro servicio, entendiendo su funcionalidad como la ACCIÓN que acomete nuestro organismo ante un alimento u otro y no la RE-ACCIÓN, porque nunca, repito, nunca… es el alimento quien actúa.

Por eso, si no has leído el libro de Ehret y pretendes atesorar una colección de Recetas “Saludables” o de menús de pega en la nevera, para un síntoma concreto, para un diagnóstico específico, te recomendamos que te replantees todo tu sistema de creencias sobre la relación entre la Salud, la Enfermedad y la Alimentación. Porque si bien no es necesario renunciar a una dieta de transición apetitosa y saciante, esto no es una Dieta Milagrosa, ni otra Moda para los “Healthy Foodies” sino una Técnica Terapéutica del comer para dejar que la Naturaleza “haga”, lo que le de tiempo a hacer. Un Método que requiere del Estudio, la Práctica y hasta el Instinto de saber -cada uno- cómo poner el Alimento al servicio de los procesos que Mantienen la Vida y no en su contra.



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